Filme fala sobre um dos lugares que mais irritam a extrema direita: a Faculdade de Filosofia e Letras da Universidade de Buenos Aires. Premiado no Festival de San Sebastián, “Puan” acende a chama da mobilização

Houve um tempo em que a Argentina era outro multiverso. Novembro de 2003, altas temperaturas no pátio de Puan (como a Faculdade de Filosofia e Letras da UBA é carinhosamente conhecida) e uma cena que se destaca da atualidade dos reels do Instagram e do streaming. Um filósofo esloveno especializado em Lacan, teoria política, cinema e humor pós-soviético deu uma palestra sobre futuros possíveis após o capitalismo financeiro. Era Slajov Zizek, que “lotou” a maior sala da Faculdade. O “Rolling Stone” da filosofia ocupava tudo, e os chamados “Puaners” se deixaram embriagar por novas imaginações.

Passaram-se 20 anos desde aquele festival de filosofia, passaram modas, tecnologias, governos, mas o que nunca passou é algo tão característico do DNA argentino: se reunir, se unir, realizar assembleias e debater. “Quando tudo parece difícil, é quando precisamos…”, cantavam os uruguaios da La Vela Puerca naqueles anos pós-crise de 2001, e agora os argentinos retornam a essa necessidade urgente de se reconhecer.

Precisamente, o pátio de Puan foi o local para essa reunião e a projeção do filme “Puan”, que está atualmente em cartaz, acompanhada por seus atores e realizadores. Nele, uma briga entre dois professores faz a trama avançar. O professor Pena (Marcelo Subiotto) representa a velha escola, um certo tipo de desajeitamento e timidez. A rotina desse homem que parece gostar apenas de ler e comer é interrompida pela chegada de Rafael Sujarchuk (Leonardo Sbaraglia). Sujarchuk acaba de chegar “do exterior” para renovar o pensamento eurocentrado tradicional do curso de Filosofia, por meio de mais pensamento eurocentrado, mas adaptado aos tempos atuais.

No final, “Puan” tem a habilidade de entrelaçar dois tempos. O tempo em que palestras como a de Zizek podiam ser eventos de massa. Esse período pós-2001, quando a Argentina estava repensando a si mesma de todos os lados, politicamente e socialmente. Esse tempo na história se encontra com o presente. E parece um filme premonitório: escrito em 2020, “Puan” apresenta um cenário de destruição do que é público. Um dos principais debates que protagonizam as eleições presidenciais do país que acontecerão neste domingo, 22 de outubro.

Durante a exibição de “Puan”, naquele pátio lotado, os diretores e escritores do filme (Maria Alché e Benjamín Naishat) fizeram um apelo aberto à defesa da educação pública e do cinema nacional. Para cuidarmos do nosso senso de mobilização nos momentos mais difíceis. Naquela noite, naquele pátio de Puan, todos sentiram esse apelo à união e ao que nunca nos poderão tirar.

Emergentes indica: Puan, cine en defensa de la educación pública argentina

La película habla sobre uno de los lugares que más enfurece a la ultraderecha: la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Galardonada en el Festival San Sebastian, Puan enciende la llama de la movilización.

Hubo un tiempo en el que Argentina fue otro multiverso. Noviembre de 2003, altas temperaturas en el patio de Puan (como se conoce cariñosamente a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA) y una escena que se desenmarca de la actualidad de reels de Instagram y el streaming. Un filósofo esloveno especializado en Lacan, teoría política, cine y humor postsoviético, dio una masterclass sobre futuros posibles después del capitalismo financiero.  Se trataba de Slajov Zizek, quien “reventó” el aula más grande de la Facultad. El Rolling Stone de la filosofia lo ocupaba todo y esos “Puaners” se dejaban emborrachar de nuevos imaginarios. 

Pasaron 20 años de ese festival de filosofía, pasaron modas, tecnologías, gobiernos pero lo que no pasó nunca es algo tan propio del ADN argentino: juntarse, acuerparse, armar asamblea, debatir. “Cuando todo parece jodido es cuando hay que poner…”, cantaban los uruguayos de La Vela Puerca en esos años tan post crisis 2001 y ahora los argentinos vuelven a esa necesidad urgente de reconocerse. Justamente, el patio de Puan fue el lugar para esa tertulia y asistir colectivamente “Puan”, la película en cartelera en estos momentos, acompañada por sus actores y realizadores. En ella, una pelea entre dos profesores hace avanzar la trama. El profesor Pena (Marcelo Subiotto), representa la vieja escuela, cierto tipo de torpeza y de timidez. La rutina de este hombre al que sólo parece gustarle leer y comer se ve interrumpida por la llegada de Rafael Sujarchuk (Leonardo Sbaraglia). Sujarchuk acaba de llegar “del exterior” para renovar el pensamiento eurocentrado tradicional de la carrera de Filosofía, por medio de más pensamiento eurocentrado, pero adaptado a estos tiempos. 

Hacia el final, Puan tiene la habilidad de cruzar dos tiempos. El tiempo en el que charlas como la de Zizek podían ser un evento de masas. Ese post 2001, donde Argentina se replanteaba desde todos los bordes en lo político y lo social. Ese tiempo en esta historia se encuentra con el actual. Y parece una película premonitoria: escrita en 2020, Puan plantea un escenario de destrucción de lo público. Uno de los principales debates que protagonizan las elecciones presidenciales del país que se jugarán este domingo 22 de octubre. 

Durante la proyección de Puan, en ese patio reventado de gente, los directores y escritores de la película (María Alché y Benjamín Naishat), hicieron un llamado abierto a la defensa de la educación pública y el cine nacional. De cuidar nuestro sentido de movilización ante los momentos más difíciles. Esa noche, en ese patio de Puan, todos sentimos ese llamado a la unión y de lo que nunca podrán quitarnos.